La música como terapia
- Juan Carlos Morales
- 10 dic 2015
- 4 Min. de lectura
La musicoterapia es un tipo de terapia que consiste en utilizar la música para mejorar y mantener la salud, tanto física como mental. El musicoterapeuta se sirve de la música como fuente de comunicación para conseguir aquellos objetivos que se fijaron previamente al hacer el diagnóstico. Las aplicaciones de la musicoterapia son diversas. En el ámbito psicológico se puede enfocar al trabajo de crecimiento personal en niños sin problemas. También se utiliza en niños hiperactivos, depresivos, agresivos y es muy útil en el tratamiento de niños autistas para vencer su aislamiento y modificar pautas de comportamiento. Los niños disminuidos psíquicos mejoran también su conducta y su capacidad de relación con los otros gracias a la musicoterapia. Respecto a losniños con disminuciones físicas, la musicoterapia sirve para superar la no-aceptación de su discapacidad y de su diferencia respecto a los otros. Dentro de la medicina general se aplica en el tratamiento contra el dolor, en intervenciones y en todo tipo de enfermedades o situaciones que exigen un soporte psicológico del niño. En los hospitales de Estados Unidos es normal ver un musicoterapeuta responsable de tranquilizar al niño antes y después de una operación o de hacerle olvidar el dolor que siente por una enfermedad. Podemos plantearnos llevar a nuestro hijo a un musicoterapeuta si queremos que se exprese y se comunique con libertad y fluidez. Quizá le cuesta expresar sus ideas y sus inquietudes verbalmente. En una sesión de musicoterapia, un niño que tiene vergüenza de decir que se siente solo puede expresarlo cantando una canción triste en la que se habla de alguien que está solo o de alguien que tiene sentimientos parecidos a él. En una sesión colectiva de musicoterapia conseguiremos que nuestro hijo mejore su relación con los otros niños de la escuela. La música, cuando se hace en grupo, consigue entrar en cada uno de los miembros y eso crea un clima emocional que permite expresarse y relacionarse con sinceridad y plenitud. Cuando él consiguerelacionarse positivamente con los demás compañeros que hacen musicoterapia se da cuenta de que puede hacer lo mismo con otros niños cuando sale de la sesión porque ha aprendido nuevas maneras de hacerlo. Con el tratamiento con musicoterapia el niño desarrolla el conocimiento de sí mismo. Se da cuenta de sus defectos y de sus virtudes respecto a los demás. Se da cuenta de cómo y en qué es diferente de los otros y de que esto no tiene porqué ser negativo. Además, el niño obtiene a menudo experiencias gratificantes que le ayudan a configurar su personalidad. Uno de los campos en el que la musicoterapia parece ser muy prometedora es el de los trastornos del lenguaje. Por ejemplo, niños que tienen problemas de lenguaje debido a un accidente que ha afectado esta función y no pueden hablar son capaces de cantar las palabras de una canción que recuerdan o que están aprendiendo. Es útil en niños que tienen problemas para situarse en el espacio y el tiempo ya que les permite asimilar estos conceptos de forma práctica. Además, la musicoterapia se puede aplicar desde que el niño es muy pequeño ya que la música es accesible a todo el mundo gracias a su sencilla estructura. No debemos pensar, no obstante, que la música por sí sola es terapéutica.La música es el elemento que se utiliza para facilitar el cambio terapéutico. Así pues, cuando la música se utiliza en terapia, ésta hace el papel de guía, de facilitadora o de puente que lleva al niño a un contacto terapéutico. Cuando decidimos llevar a nuestro hijo a una sesión de musicoterapia, debemos tener en cuenta que ésta puede ser básicamente de dos tipos: Activa:exige una participación muy directa del niño en la actividad que se realiza. El niño actúa musicalmente por medio de su cuerpo, de los instrumentos musicales y de la voz. Se establece de esta manera un diálogo entre él y el terapeuta o entre él y el grupo, si se trata de una sesión colectiva, en el cual la expresión y la creación van dejando salir todas aquellas emociones que antes el niño no podía expresar. Receptiva: consiste en que el niño proyecte sentimientos, vivencias, etc. mientras escucha una música. Por tanto, se trata de inducir a través de la música diferentes estados de ánimo o situaciones. El musicoterapeuta trabaja a menudo en contacto con un psicólogo, ya que la musicoterapia facilita la expresión de sentimientos reprimidos que en otra ocasión el niño no hubiera llegado a expresar. Esto es debido a que quizá el niño se encuentre incómodo cuando el psicólogo le hace hablar de temas que él quiere esconder, pero la musicoterapia le arrastra a un clima en el que se llega a sentir muy cómodo y por lo tanto le ayuda a expresarse. Pero esto no quiere decir que cuando el niño consigue expresar una emoción en la terapia ya puede expresarla a todo el mundo. Quizá con nosotros todavía es reacio a hablar de ciertos temas, y en consecuencia debemos dejar tiempo a que la terapia haga su efecto y nuestro hijo sea capaz de llevar aquellos sentimientos fuera de la sesión. Preguntarle por lo que ha pasado dentro del aula puede resultarle incómodo y ser contraproducente en el proceso terapéutico. En cambio, nosotros podemos ser muy útiles comentando nuestras inquietudes con el musicoterapeuta y dándole información de los cambios que vemos en el niño. Un libro muy adecuado para aquellos padres preocupados por la problemática de su hijo es: "Introducción a la Musicoterapia" de Davis y colaboradores. En el libro hay un apartado que habla de la musicoterapia en el campo educativo, muy indicado para padres que quieren saber cómo la musicoterapia puede ayudar a su hijo en la escuela. Así pues, cuando llevamos a nuestro hijo a hacer musicoterapia estamos escogiendo una opción diferente y muy recomendable. Actualmente, muchos centros psicopedagógicos están introducidendo la figura del musicoterapeuta como un integrante más del equipo terapéutico, para todos aquellos casos en los que la terapia convencional no consigue los objetivos terapéuticos que se habían establecido.

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